En las calles de la Comuna 14 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, comenzaron las tareas de poda lineal, una actividad clave para el mantenimiento y la seguridad del arbolado urbano. Este trabajo, que forma parte de un plan estratégico, busca garantizar la poda de todos los ejemplares en un período determinado, reduciendo así los riesgos asociados a la caída de ramas, interferencias con propiedades privadas y daños al cableado público. Esta iniciativa es fundamental para adaptar los árboles al espacio disponible, permitiendo su óptimo crecimiento y desarrollo.
La poda lineal, que se realiza principalmente durante el invierno, es una actividad planificada que se lleva a cabo en árboles previamente inspeccionados a lo largo de una o más cuadras. Esta planificación asegura que los trabajos se efectúen de manera eficiente y ordenada, minimizando los posibles inconvenientes para los vecinos y asegurando el bienestar de los árboles.
En tanto, durante el año, se llevan a cabo tareas de poda menor o poda verde, excepto en los períodos de veda. Estos periodos de veda se establecen en otoño, durante la caída de hojas, y en primavera, durante la brotación. La duración de estos períodos varía anualmente y se determina en función del clima, asegurando así la mejor época para realizar las tareas sin afectar el ciclo natural de los árboles.
Asimismo, los vecinos que enfrenten inconvenientes con las ramas de sus árboles o necesiten despejar luminarias pueden iniciar sus solicitudes de poda a través de la plataforma de gestión colaborativa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En este sentido, el acceso a estos servicios es sencillo y accesible, permitiendo a los ciudadanos reportar problemas específicos de manera rápida y eficiente.
Además, aquellos que necesiten realizar solicitudes relacionadas con raíces que hayan levantado veredas también pueden utilizar la misma plataforma para reportar estos problemas. De tal modo, se asegura una respuesta integral a las necesidades de mantenimiento del arbolado urbano, abarcando tanto la parte aérea como las raíces de los árboles.
Por su parte, las tareas de poda no solo mejoran la apariencia de las calles y la salud de los árboles, sino que también contribuyen a la seguridad de los ciudadanos. La caída de ramas es un riesgo considerable, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas, donde pueden causar daños materiales y personales. La poda adecuada reduce estos riesgos y mantiene el entorno seguro para todos.
En la misma línea, la poda también evita interferencias con el cableado público y privado, un problema recurrente en muchas ciudades. Al mantener las ramas a una distancia adecuada de los cables, se previenen cortes de electricidad y otros inconvenientes que afectan la vida diaria de los ciudadanos. Este aspecto es especialmente importante en tiempos de tormentas, donde las ramas sueltas pueden causar daños significativos.