La realidad es que pese al incremento notable en la tarifa del consumo eléctrico, veinte mil usuarios permanecen sin luz.
El panorama es difícil y tiene aristas crueles, sobre todo, si se tienen en cuenta las elevadas temperaturas y la vigencia de la alerta naranja desde fines de diciembre del año pasado.
Lo cierto es que la falta de mantenimiento e inversión heredada, junto al retraso en los valores del servicio, el descontrol en la entrega de subsidios y el precio de un consumo medio para cuatro habitantes de una misma vivienda en Recoleta, por ejemplo, al costo de una pizza grande de ese momento… ¡Un combo explosivo!
Toda esa distorsión, como es obvio, tiene patas cortas y las consecuencias inevitables a la vista.
Inevitablemente, el hilo siempre se corta por lo más delgado…
Es de esperar que la nueva etapa y los incrementos, puedan normalizar la situación, junto con las necesarias tareas de mantenimiento e inversión en un área fundamental para el desarrollo de una nación.
En nuestra Ciudad, los barrios más afectados son: Mataderos, Boedo, Villa Constitución, Santa Rita, Caballito, Balvanera, Urquiza, La Boca, Soldati, San Nicolás. En tanto, en el gran Buenos Aires, dentro de las localidades perjudicadas, se destacan: Hurlingham, San Isidro, Vicente López, San Fernando, Pilar, Escobar, Tres de Febrero, Morón, Merlo, Moreno, Ituzaingó, José C Paz, La Matanza, etc…
Las cuadrillas trabajan en la reparación de las fases de media y baja tensión, pero todavía queda mucho por hacer.