El Ministerio de Salud informó que se brindarán turnos telefónicos a través de la línea gratuita 147, para poder aplicarse la vacuna en Hospitales y Centros de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.
Las aplicaciones se llevarán a cabo en alrededor de quince efectores de Caba, con turnos asignados previamente por la operadora del 147, de lunes a viernes de 7 a 24 hs, sábados-domingos y feriados de 8 a 14 hs.
En el caso de pacientes con patologías crónicas concurrir con el certificado del médico tratante.
Acerca de la enfermedad
La fiebre amarilla es una patología vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados.
El término “amarilla” alude a la ictericia que pueden presentar algunos pacientes. Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de tres a seis días, suele producir fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas.
La vacuna es segura, accesible, muy eficaz. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida.
El tratamiento es sintomático, consiste en paliar los síntomas y mantener el bienestar del paciente.
Cabe tener en cuenta que la vacunación deberá realizarse al menos diez días previos al viaje.
La cartera de Salud Porteña distribuye vacunas provistas por la Dirección de Control de enfermedades inmuno prevenibles, del Ministerio de Desarrollo Social y Salud de la Nación a centros privados como Vacunar, Stamboulian, Previvax, entre otras entidades. Sólo cobran por los honorarios de la aplicación. En Medicus, Hospital Italiano, Hospital Alemán y Swiss Medical, únicamente vacunan a sus afiliados.
Otro vacunatorio como para tener en cuenta: la Dirección de Sanidad de Fronteras, de Av. Pedro de Mendoza y Blanes S/N, bajo Autopista.
Para saber si tenes que vacunarte ingresá aquí
El número de casos de fiebre amarilla a nivel mundial creció de manera notable en los dos últimos decenios, debido a la baja inmunidad de la población, el cambio climático, la deforestación, los movimientos migratorios, y la urbanización.
Como acostumbran decir nuestros adultos mayores: “Mejor Prevenir Que Curar”
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