Las clases presenciales, que será un acompañamiento educativo, comenzarán en la Ciudad de Buenos Aires, la semana próxima.
El Consejo Federal de Educación, que reunió a funcionarios de todas las provincias, aprobó ayer la vuelta progresiva a clases presenciales en cada distrito.
En este sentido, la Ciudad comenzará con las clases para los alumnos de los últimos años, partir del 13 de octubre.
En principio se conoció que la Capital Federal, comenzará con actividades de acompañamiento educativo de estudiantes de 7º grado de primaria y el último año de secundaria en los patios de las escuelas a partir del próximo martes 13.
Además, los colegios privados, informaron desde el Ministerio de Educación a cargo de Soledad Acuña, “están invitados a avanzar con lo propio, para los mismos grados y años, previa autorización” de esa cartera.
La actividad de acompañamiento escolar, es una decisión que se tomó ayer en la reunión que el Consejo Federal de Educación desarrolló con funcionarios de las diferentes provincias.
Es así que se aprobó finalmente, la vuelta progresiva a clases presenciales en cada distrito del país, siempre y cuando, la situación sanitaria lo permita.
El retorno a las aulas se realizará de manera progresiva, solo será posible en los distritos que registren bajo riesgo de contagios de covid19, y deberán cumplirse los nueve puntos enunciados y las condiciones institucionales y sanitarias previstas en el protocolo marco aprobado el 2 de julio, informaron desde el Ministerio de Educación de la Nación.
Por otra parte, según trascendió, hasta la culminación del ciclo escolar 2020, las jurisdicciones de todo el país promoverán el regreso progresivo, parcial y escalonado a actividades presenciales, con la finalidad de poder revincular a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de un modo distinto al de clases presenciales antes de la pandemia.
Se trata de una presencialidad limitada, enmarcada en los protocolos de regreso consensuados.
Previendo esta posibilidad, el lunes pasado, el Gobierno Porteño, realizó un plan llamado “tareas de revinculación”, que era ni más ni menos que un simulacro de clases presenciales en un parque al aire libre con unos 100 alumnos, que estaban desconectados de las escuelas.