El tradicional establecimiento educativo porteño, fundado en 1863, fue distinguido por su relevancia histórica y cultural. Reconocido por su aporte a la educación argentina, por sus aulas pasaron dos premios Nobel, presidentes y figuras destacadas de la ciencia y las artes.
El Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA), uno de los emblemas educativos del territorio porteño, fue declarado Monumento Histórico Nacional por la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos. Esta designación subraya la importancia de su legado en la historia argentina, tanto por su impacto educativo como por su patrimonio arquitectónico. La comisión destacó que esta institución “fue escenario de hechos trascendentes y cuenta con características arquitectónicas singulares que lo convierten en un referente cultural y educativo”.
Inaugurado en 1863 y dependiente de la Universidad de Buenos Aires, el CNBA ocupa un edificio emblemático erigido a comienzos del siglo XX sobre los cimientos del antiguo Colegio Jesuítico de San Ignacio, activo desde 1661 en la Manzana de las Luces. A su vez, el reconocimiento incluye elementos históricos como los túneles jesuíticos del siglo XVII y la campana original del establecimiento jesuita, ubicada en el patio central, que simboliza la continuidad del legado histórico.
Por su parte, la declaración como Monumento Histórico Nacional implica la adopción de medidas específicas para garantizar la preservación de este espacio. Según explicaron desde la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos, “este título se otorga a inmuebles donde ocurrieron hechos de relevancia histórica o que poseen características arquitectónicas singulares”.
El CNBA es cuna de personalidades que marcaron un antes y un después en la historia argentina. Figuras como los premios Nobel Carlos Saavedra Lamas (Paz, 1936) y Bernardo Houssay (Medicina, 1947), los expresidentes Marcelo T. de Alvear y Roque Sáenz Peña, y científicos como Salvador Mazza y Mario Bunge, forman parte de una lista extensa de exalumnos ilustres.
En tanto, su Aula Magna, espacio emblemático, albergó la conferencia del físico alemán Albert Einstein en 1925, durante su visita a Argentina. La firma de Einstein aún se conserva en el libro de actas del colegio, un valioso testimonio de este acontecimiento histórico. Asimismo, el Aula Magna cuenta con un órgano monumental, construido en 1928 y traído desde Alemania, que, con sus 3600 tubos de madera y metal, es uno de los más antiguos y significativos del país.
Otro de los espacios destacados es el Observatorio Astronómico, equipado con un telescopio reflector tipo Schmidt-Cassegrain. Este observatorio ofrece actividades educativas como las “Noches Abiertas de Observación”, destinadas a estudiantes y familias interesadas en explorar el universo.
El legado del CNBA no se limita a su edificio; incluye una rica colección de objetos históricos utilizados en la enseñanza desde principios del siglo XX, como maquetas, rollos de pianola y un caparazón de gliptodonte, uno de los ejemplares más antiguos de su patrimonio. En su biblioteca, que alberga más de 130.000 ejemplares, se conservan joyas literarias como una edición original del siglo XVI del Tratado de arquitectura de Andrea Palladio y ejemplares ilustrados de Juvenilia, de Miguel Cané, que refuerzan su rol como guardián del conocimiento.
Además, el colegio sigue destacándose en el ámbito académico. En 2024, sus estudiantes obtuvieron 35 medallas en competencias nacionales e internacionales en disciplinas como física, química y astronomía. Estas actividades son promovidas por el Club Olímpico, que organiza más de 60 horas semanales de talleres.
El CNBA ofrece visitas guiadas los martes y jueves a las 17:30, permitiendo a los visitantes recorrer sus instalaciones históricas y apreciar su patrimonio. Estas visitas, con un costo de $3000 por entrada, permiten un máximo de 25 adultos por grupo, cada uno acompañado por un menor sin costo adicional.
