En el Día Mundial del Ahorro, la reflexión sobre las estrategias para proteger las finanzas familiares se torna imperativa. Esta celebración, que se conmemora cada 31 de octubre desde hace casi un siglo, surgió a raíz del primer Congreso Internacional de Cajas de Ahorros, realizado en Milán, Italia, en 1924. En ese encuentro, representantes de diversas naciones debatieron sobre las formas de fomentar el ahorro bancario y su impacto en la población.
El ahorro, a pesar de las diferencias en la realidad económica actual respecto a la de hace un siglo, se mantiene como un pilar fundamental para el desarrollo individual. En palabras de Celeste Sánchez, especialista en finanzas familiares, en contextos como el argentino, la relevancia del ahorro trasciende la moneda o la coyuntura económica. En este sentido, subraya la importancia de concebir el ahorro como una práctica alcanzable, incluso en el contexto actual del país.
El Día Mundial del Ahorro se convierte en un recordatorio sobre la responsabilidad en la administración del dinero, incitando a considerar el ahorro como un medio para el crecimiento personal. En esta línea, Sánchez propone cinco claves fundamentales para impulsar el ahorro y fortalecer la economía familiar:
1. Creación de un presupuesto mensual: Esta estrategia permite evaluar la situación financiera personal o familiar, identificando una posible porción destinada al ahorro o alternativas para generarla.
2. Destinar un porcentaje de los ingresos a un Fondo Común de Inversión: Considerado un instrumento accesible para cualquier usuario bancario, aunque no equipare la inflación, actúa como un resguardo del valor de los ahorros, brindando resultados a corto plazo.
3. Eliminar gastos innecesarios: Identificar y reducir los “gastos hormiga” libera un margen financiero que puede ser destinado al ahorro, preservando así recursos que de otra manera se diluirían.
4. Planificación de menús semanales: La organización de comidas en casa disminuye los gastos en delivery o comidas fuera, optimizando el presupuesto destinado a alimentación.
5. Generar mayores ingresos y destinar la diferencia al ahorro: Aunque desafiante, esta estrategia puede marcar una gran diferencia en los ahorros, implicando a menudo un esfuerzo adicional en el ámbito laboral.
Estas acciones adquieren mayor relevancia al asignar un propósito al dinero ahorrado. Asignar metas específicas, como un viaje, un auto nuevo o cualquier otro objetivo, contribuye a fortalecer el compromiso con el ahorro, manteniendo el enfoque en el uso responsable del dinero.
En un contexto donde la inflación y la mentalidad del gasto inmediato predominan, la práctica del ahorro se erige como una necesidad. Su relevancia no solo radica en la aspiración por bienes de mayor envergadura, como electrodomésticos, sino también en el legado que se transmite a las futuras generaciones.
El acto de ahorrar implica una proyección hacia el futuro, instando a la reflexión sobre la importancia de inculcar hábitos financieros responsables en las nuevas generaciones. En palabras de Sánchez, “educar a nuestros hijos sobre el dinero es prevenir problemas para nuestros nietos”, destacando así el rol fundamental del ahorro en la construcción de un futuro financiero más estable y próspero.