El gobierno nacional ha rechazado la inclusión de la vacuna contra el dengue en el sistema nacional, lo que la convertiría en gratuita y obligatoria. Esta decisión ha sido motivada por cuestionamientos sobre su efectividad, en un momento en el que el país ha alcanzado un preocupante récord de 79 fallecimientos y 120 contagios por este virus en ocho meses. El vocero presidencial, Manuel Adorni, afirmó que, “por el momento, no es necesario” implementar una campaña de vacunación, a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde octubre pasado.
En este sentido, Adorni señaló durante su habitual conferencia de prensa que el Ministerio de Salud monitorea constantemente la situación y que cualquier cambio en la normativa respecto a la vacunación se realizará cuando sea pertinente. Asimismo, descartó la posibilidad de reactivar campañas de prevención en medio de la suspensión de la pauta oficial para publicidad en medios de comunicación.
El vocero argumentó que, a pesar de las cifras alarmantes, que indican más de 120 mil casos positivos y 79 muertes en los últimos ocho meses, no se considera una situación de emergencia. Destacó que la inmunidad se logra con el tiempo, y vacunar en este momento resultaría poco efectivo, ya que para cuando se alcance la inmunidad, el mosquito Aedes Aegypti, transmisor del virus, podría dejar de ser un problema.
Por su parte, el presidente Javier Milei atribuyó la crisis del dengue a la “desidia del kirchnerismo”, acusando al gobierno anterior de no haber realizado una campaña adecuada hace un año.
La vacuna contra el dengue en Argentina es la TAK-003, conocida como Qdengam, producida por el laboratorio japonés Takeda, con un costo aproximado de 70.000 pesos por dosis. A pesar de la postura oficial, expertos médicos como el infectólogo Eduardo López del Hospital de Niños de Buenos Aires, han destacado la seguridad y eficacia de las vacunas contra el dengue.
En medio de la controversia, la viróloga Andrea Gamarnik, especialista en el virus del dengue e investigadora del Conicet, ha denunciado que Argentina se encuentra en la “peor epidemia de dengue de la historia”, pero que el gobierno está obstaculizando el trabajo científico al desmantelar el sistema científico.
El brote ha generado colapso en muchas guardias de centros de salud en todo el país, con largas filas de personas solicitando ser testeadas por síntomas compatibles con el dengue. Algunos establecimientos ya no están realizando los exámenes debido a la alta demanda.
Provincias como Córdoba y Salta son algunas de las más afectadas por la epidemia. En Córdoba, se han registrado 9.316 casos y siete víctimas fatales en lo que va de 2024. Ante esta situación, las autoridades han implementado medidas para priorizar la atención de pacientes más graves en las guardias. En Salta, las cirugías no urgentes han sido suspendidas para concentrarse en las internaciones por dengue o chikungunya.
