La escritora cordobesa señaló que en su nuevo libro cuenta un “proceso de autodescubrimiento”.
En su nuevo libro “El hechizo del agua”, Florencia Bonelli cuenta que “el proceso de autodescubrimiento de la protagonista en homenaje al que viví yo”.
La historia del nuevo libro de Bonelli, cuenta qué ocurre entre la pisciana Brenda Gómez y su amado virginiano Diego Bertoni, donde se entrecruza la astrología, el mundo de la música y las adicciones.
“Escribir y leer es mi forma de meditar, me hacen olvidar de todo”, remarcó la escritora argentina en diálogo con la agencia de noticias Télam, y agregó que No tengo una técnica: escribo con pasión y con personalidad lectora”
En la actualidad la autora reside en Suiza, donde acompaña el trabajo de su marido y atravesó toda la pandemia.
Bonelli estudió economía, carrera que terminó, pero decidió no trabajar de esta actividad para dedicarse a la escritura. Luego de más de veinte años de dedicarse a contar historias de amor y aquel proceso de autodescubrimiento -que homenajea desde la trama de su última novela- la llevó a vender más de 3,5 millones de libros.
La autora empezó a escribir en 1999 con la primera parte de “Indias blancas” -la trilogía en torno a la joven que a fines del siglo XIX viaja a Córdoba y se enamora de un indio ranquel- y generó un torbellino de títulos como como “Caballos de Fuego” –otra saga consagratoria-, “Marlene”, “Me llaman Artemio Furia” y “Lo que dicen tus ojos”, entre otros.
El nuevo libro es la última parte de “Nacidas”, “Pero la concebí como el más peculiar de la saga porque Piscis es el más complejo del zodíaco y el que reúne a todos los demás. Es un libro de mucho dolor, dijo Bonelli.
Y agregó que “Es difícil ser pisciano en este mundo. Esto me llevó a abordar dos temas muy vinculados con el signo: las adicciones si Neptuno está muy mal puesto en la carta y la música que les permite transmitir ese mundo de sueños. Esta derivación me permitió perfilar toda la historia”.
Dado que la novela habla acerca de la astrología, la autora señala que la descubrió “a los cuarenta años, cuando llevaba quince escribiendo. Ojalá la hubiera descubierto a los quince, hubiera vivido la vida de una forma totalmente distinta y hubiese enfrentado mi existencia: en vez de encajar hubiera entendido que llegué totalmente preconfigurada”.
“Como todo lo que despierta mi curiosidad, me convertí en una gran investigadora y hasta tomé clases. Creo que fue un viaje de ida, entendí cómo era, conseguí un mapa, explicó Florencia Bonelli.
