Allí funcionaba una organización criminal que captaba personas para trabajo esclavo y las estafaba. Se comenzó a investigar luego de un llamado anónimo en la línea 145 por trata laboral.
La división de oficiales del Departamento de Trata de Personas de la Policía Federal Argentina (PFA) logró desarticular a una organización que conducía una agencia de trabajo, ubicada en el barrio porteño de Balvanera, en la zona comercial de Once, que a través de engaños ofrecía empleos a personas extranjeras que terminaban siendo trabajo esclavo.
La investigación dio comienzo a raíz de una denuncia de un anónimo a la línea 145 que contó el nombre de la agencia, las tareas que ofrecían con extensas jornadas laborales, sin aportes ni registros patronales.
La investigación se inició a pedido del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 12 de Ariel Lijo, Secretaria Nº 23, a cargo de Pedro Baldi, debido a “una denuncia efectuada en la línea 145 por Trata Laboral, donde se indicaba que una Agencia denominada Carmen contrataba personas extranjeras a quienes les ofrecían trabajos en su mayoría para limpieza, albañilería, jardinería, etc., todos ellos precarios y sin registros o aportes patronales”, señalaron las fuentes judiciales.
A su vez, fuentes policiales contaron que “durante las pesquisas los federales pudieron determinar que la agencia funcionaba en una Galería sita en Avenida Corrientes 2400 y cobraba entre 2000 a 3000 pesos para originar un legajo con la finalidad de ser utilizado como puerta de ingreso a la firma, requirente y posteriormente, en algunos casos, los mandaban a domicilios inexistentes o nunca los llamaban quedándose con el dinero que les habían aportado en su supuesta inscripción aprovechándose de su situación económica y social”.
Según explicaron, la metodología de trabajo de la empresa una vez que cobraba el valor del legajo de inscripción era ingresar a esas personas a empresas de construcción, de jardinería o limpieza: “Pero aquellos que lograban ingresar para realizar alguna actividad en las empresas requirentes, eran obligados efectuar largas jornadas de trabajo percibiendo pagos muy por debajo de los existentes en el mercado, por lo que se presume que estaban en connivencia con la Agencia”.
Por todo esto, y con los datos aportados por los investigadores, el juzgado que interviene en la causa ordenó el allanamiento del lugar donde “se notificó de la causa a la titular de la Agencia y a su hijo (ambos de nacionalidad peruana) y se procedió al secuestro de cuadernos de anotaciones, tres teléfonos celulares, una computadora y cientos de legajos, lo que permitirá profundizar la investigación y determinar la cantidad de personas que fueron víctimas de las maniobras delictivas”.
En Balvanera funcionaba una agencia de empleo trucha
