En el Barrio Porteño de Floresta, se encuentra la fábrica de hielo más antigua de la Ciudad de Buenos Aires, y produce 300 bolsas de hielo por día.
La fábrica “La Morocha”, ubicada en la calle Mercedes 430, de Floresta, es una de las más antiguas de la ciudad, tiene una cámara de refrigeración que permanece a 8º grados bajo cero, donde guarda 8.000 bolsas de 15 kilos de hielo en cilindros, y 1.000 bolsas de 10 kilos. Allí trabajan cuatro personas.
Su dueño, Nicolás Banyay, cuenta que “Cuando la temperatura sube nos quedamos sin stock y con los cortes de luz también suben las ventas. En la Navidad de 2012, en donde hubo picos de calor, llegamos a vender 5.000 bolsas de hielo en un solo día”.
“La Morocha” tiene abiertas sus puertas los 365 días del año y atiende las 24 horas. Con solo tocar timbre, es suficiente para llegar y comprar lo que se necesite. “Nuestros clientes saben que pueden venir a cualquier hora, siempre hay hielo”, aclara Banyay.
Otro de los productos que elaboran y comercializan es el hielo seco. Por lo general es usado por los heladeros ambulantes. Este es un producto a base de dióxido de carbono comprimido a altas presiones, que se congela a 78 grados bajo cero. “Si comes un trozo, podes quemar tus órganos internos”, advierte Nicolás.
Además cuenta que el hielo seco se utiliza más bien en la industria farmacéutica, en tragos y pastelería, al entrar en contacto con agua caliente, se evapora volviendo a su estado original, el gaseoso.
Los cortes de luz hacen subir la demanda, por eso, Nicolás sugiere: “Aconsejamos comprar tres kilos de hielo seco y dejarlos en el freezer. Puede conservar el frío de la heladera hasta 48 horas”.
El dueño de La Morocha, brinda una serie de consejos para hacer un mejor uso del hielo. En principio para enfriar bebidas en tachos se debe calcular que por cada 20 personas se van a necesitar por lo menos 2 barras de diez kilos o una bolsa de 15. Y aclara que “La barra enfría más, siempre hay que ponerla arriba de la bebida, y con poca agua. Mientras más agua, mayor será el frío, pero menos va a durar. Una barra puede mantenerse congelada hasta 24 horas”. Asimismo sostiene que el hielo seco no sirve para enfriar bebidas: se vuelve gas al perder frío.
Por otro lado, Nicolás cuenta que “Los vecinos más viejos del barrio vienen con sus nietos y les muestran dónde compraban las barras para enfriar las heladeras; los niños no pueden creer cuando ven la barra”.