La orden de la justicia fue que se entregara a sus dueños “en carácter definitivo”, el inmueble ubicado en la calle Luis Viale 1269/1271 así como “la totalidad de las máquinas, mercaderías y demás efectos muebles que aún quedan en el interior del taller emplazado en ese domicilio en carácter de depositario judicial”.
Una de las mujeres que sobrevivieron al incendio dijo a medios periodísticos: “Me enteré que les dieron la llave y me amargué mucho. La justicia tuvo 13 años para investigar lo que pasó. Nosotras contamos que los vimos en el taller, que los dueños sabían perfectamente lo que pasaba”
Por su parte, un abogado querellante, Gabriel Chamorro, dijo a la prensa que la devolución del predio a sus dueños está relacionada al sobreseimiento dictado en mayo pasado por el juez Alberto Baños. Fue entonces cuando el titular del Juzgado Criminal y Correccional 27 sobreseyó a Daniel Alberto Fischberg y a Jaime Geiler, dueños de las marcas para las que trabajaba el taller textil, porque comprendió que no había elementos probatorios de que los dueños conocieran la situación del taller.
Chamorro dijo también que “El tribunal (que en 2016 había condenado a los encargados) había ordenado investigar a los dueños después de la sentencia contra quienes dirigían el emprendimiento, porque en el juicio aparecieron nombrados. Los testimonios hablaban de que conocían la actividad que se llevaba adentro del taller. Los vecinos los conocían y era imposible que desconocieran la situación de irregularidad de quienes vivían ahí, porque había sido habilitado por los dueños para cinco máquinas y les estaban vendiendo una producción que no podía reflejar el trabajo de cinco personas“, y. además, sostuvo que “hubo argucias legales como la cesión a favor de los hijos, que los beneficiaron”.
Lourdes Hidalgo, sobreviviente del incendio del taller textil clandestino dijo que “Me enteré que les dieron la llave y me amargué mucho. La justicia tuvo 13 años para investigar lo que pasó. Nosotras contamos que los vimos en el taller, que sabían perfectamente lo que pasaba, y sin embargo no pasó nada”.
En el incendio, ocurrido en marzo de 2006 murieron 6 personas, entre las que se encuentra una embarazada, 2 adolescentes y 3 niños: Juana Villca Quispe, Wilfredo Quispe Mendoza, costurero (15 años), Elías Carbajal Quispe (10 años), Rodrigo Quispe Carbajal (4 años), Luis Quispe (4 años) y Harry Rodríguez Palma (3 años).
Juan Vásquez -del colectivo Simbiosis Cultural que se creó después del incendio, en homenaje a una de las jóvenes fallecidas, Juana Vilca señaló que: “Lo primero que queremos es ver condenadas a estas personas contra las que la Justicia se negó a avanzar a pesar de los testimonios (…) Y segundo, que (el espacio) se convierta en un lugar de formación y memoria para que no vuelva a ocurrir”.