En una histórica panadería que funciono durante un siglo en el barrio porteño de La Paternal, se abrió un restaurante.
Una chef emprendedora llamada Jazmín Marturet, abrió un restaurante, donde función la mítica panadería “Santa Inés” durante 100 años en ese barrio.
La chef en diálogo con La Nación, señaló: “Cuando entré me enamoré del horno. Fue como amor a primera vista”.
Y agregó que “El local estuvo cerrado durante más de diez años. Lo encontramos deteriorado y abandonado, pero lo más sorprendente es que conservaba todo el mobiliario de la emblemática panadería: canastos, máquinas de trabajo (como la batidora y sobadora), palas de madera, balanzas, entre otros recuerdos”.
Según cuentan, en un primer momento se llamó “La Carreta” y décadas más tarde se hizo conocida bajo un nuevo nombre: “Santa Inés”.
Uno de los objetos que más le gustó a Marturet fue el horno, y por lo que consigna La Nación, en aquella época el horno (de 10×10 metros) se alimentaba a leña y los domingos luego de la Misa en la “Parroquia Santa Inés Virgen”, que queda a una cuadra del local, era un clásico que se armara una larga fila en busca de panes, masitas, facturas y sándwiches.
En tanto, a principios del 2019, la emprendedora y dueña del restaurante, vio un aviso en Internet de un enorme local en La Paternal, que se encontraba en alquiler.
Jazmín anteriormente tuvo un restaurante en una antigua caballeriza en San Isidro, sobre lo que dijo: “Nos iba muy bien, en ese momento sentí que tenía que mudarme a un espacio más amplio. Busqué por distintos barrios hasta que llegó el indicado. El día que vine llovía, entré y estaba totalmente abandonado. “¿Y el horno anda?”, pregunté. Si, te lo prendo, me dijeron. Me fui enamorada a casa, no podía creer el lugar donde había entrado”.
Finalmente, en el mes de septiembre de 2019 se abrió el restaurante. “Al principio nosotros éramos un local a puertas cerradas y con reservas. Antes de la pandemia no habíamos abierto nunca a la calle”, dice Jazmín.
Luego, en marzo de 2020 con la llegada de la pandemia y su consecuente cuarentena estricta, empezaron a ofrecer viandas para llevar a casa. “Fue muy duro, el barrio estaba desolado. Un día se nos ocurrió empezar a amasar nuestras pastas en la vidriera. Era lindo saludar a la gente a la distancia” recuerda Marturet.
El nuevo emprendimiento de la chef funciona en la calle Ávalos al 360 (entre Av. Elcano y Paz Soldán) en el barrio de La Paternal, sitio donde durante casi un siglo funcionó la histórica panadería.
