El impacto transformador de la pandemia todavía es difícil de mensurar. El microcentro es, por lejos, la zona que más sintió el impacto del coronavirus.
Desde marzo de 2020 cientos de miles de personas dejaron de transitar sus calles, miles de grandes y pequeñas empresas abandonaron sus oficinas, kioscos y restaurantes tuvieron que bajar sus persianas.
Manuel Socías, legislador del Frente de Todos en la Ciudad, es autor de una serie de proyectos que busca poner en debate el rol del Estado en la recuperación del centro porteño: “Hoy, cuando uno camina por el microcentro, lo que ve es un proceso de degradación muy grande y generalizado”.
Su propuesta consiste en una intervención decidida en la reconversión de oficinas en viviendas, la regulación de alquileres por parte del gobierno porteño, la compra de edificios para poner en práctica pruebas piloto de alquiler social, la adquisición de estacionamientos a cielo abierto para crear espacios públicos, y la transformación de Cerrito y Carlos Pellegrini en corredores verdes peatonales.
Según las propias palabras de Socías sería “el shock de viviendas más grande de los últimos tiempos”, dice. En la tarea de su equipo técnico calcularon que en el corto plazo sería posible volcar al mercado alrededor de 3 mil viviendas, con una inversión por parte del gobierno de 1.500 millones de pesos.
En el mismo análisis, Socías aclara que el proceso de cambio del microcentro no empezó con la pandemia, sino que luego del 2020 se profundizó y agrega que “esto es producto de un paradigma de planificación urbana obsoleto, el de usos exclusivos, cuando se pensaban zonas enteras de la ciudad dedicadas a una sola actividad, en este caso para la vida de oficina”.
En este sentido, el legislador porteño con su proyecto busca revertir esta situación y explica “por eso, desde hace meses venimos trabajando en aprovechar esta crisis y convertirla en una oportunidad de reconvertir al microcentro en un barrio residencial para la clase media que tiene tantas dificultades para acceder a la vivienda. Es decir, el primer concepto es el de frenar una degradación que, si no, es muy costoso revertirlo en términos urbanos, patrimoniales, económicos y comerciales”.
En la misma línea, amplía el concepto de degradación que es “lisa y llanamente el abandono”. Y agrega que “En el microcentro hay edificios enteros abandonados. Eso genera un impacto en el patrimonio y en el entorno urbano: mucha gente en situación de calle, locales cerrados, restaurantes cerrados. Es una porción de la Ciudad a la que hay que defender con uñas y dientes porque es el rostro de la Argentina, una carta de presentación por su valor patrimonial, su identidad. No se puede permitir que se degrade”.
En contraposición con las condiciones que el mercado inmobiliario impone, Socías afirma que la intervención del Estado es necesaria ya que dejar que el mercado actúe solo no sería bueno para la sociedad “si uno dejara que el mercado actúe solo, podemos imaginar algunos desenlaces posibles, ninguno de ellos bueno para la Ciudad. Por ejemplo, que el microcentro se convierta en un barrio de AirBnB, donde los propietarios de oficinas reconvierten esos espacios en viviendas de alquiler temporario”.
Asimismo, el legislador del Frente de Todos indica que “para la reconversión de oficinas en viviendas sólo es necesario readecuar el presupuesto. Es ínfimo: con 1500 millones de pesos se puede llevar a cabo este plan. Para la compra de inmuebles en el microcentro, le autorizamos un endeudamiento. Es decir, le permitimos al gobierno que emita un bono, pero para comprar y capitalizarse. Es un buen negocio endeudarse para comprar en este contexto. Nosotros no tenemos problemas con los negocios privados, lo que decimos es que no se puede desarrollar la Ciudad sólo al calor de los negocios privados”.
Por último, Socías cuenta que también presentaron dos proyectos que buscan encadenar con el primero para readecuar el microcentro; uno con una autorización para que el Estado pueda comprar inmuebles aprovechando el bajo costo, y agrega “el gobierno podría comprar edificios enteros para hacer una prueba piloto de alquileres públicos y sociales, como existe en Berlín, Viena y hasta Nueva York. Es muy económico y conveniente porque capitaliza al Estado”. El tercer proyecto es el de “generar un corredor verde con 15 mil m2, parquizando Cerrito y Carlos Pellegrini, desde Libertador hasta el Teatro Colón. Sería cambiarle la cara radicalmente la cara a la 9 de Julio”.