Ubicada en Esmeralda y avenida Rivadavia se ha transformado en los últimos años en un depósito de residuos a cielo abierto, abandono y domicilio definido para el vandalismo.
Fue construida en homenaje al gran escritor de las “Aguafuertes Porteñas”, “Los Siete locos” y “El Juguete Rabioso”, entre otras obras emblemáticas de nuestra literatura que combina de la mejor manera, las letras con el potencial periodístico de su creador, cuenta con una escultura mural realizada por el artista Alberto Cedrón que apenas si se puede divisar, dado el aquelarre en que derivó el espacio público.
El contorno se caracteriza por una arboleda añosa, entre pinturas del característico estilo llamado “Street Art”, Arte Urbano.
Si bien se encuentra enrejada y sus puertas se abren de 8 a 20, la realidad es que esos cuidados no alcanzaron.
Dada la profundidad de la alteración y crisis del lugar, las autoridades porteñas, decidieron tomar cartas en el asunto y recuperar, a través de diferentes obras y la instalación de equipamiento actual, el casco céntrico para los vecinos, oficinistas, etc.
Desde la Secretaría de Atención y Gestión Ciudadana, a cargo de Facundo Carrillo, se destacó que el objetivo principal del GCBA, es la recuperación de la plaza seca degradada.
Dentro de las tareas a llevarse a cabo, se destaca en primer lugar, la puesta en valor, la iluminación, reordenamiento del paisaje, con la incorporación de nuevas especies, y la instalación de moderno mobiliario urbano, etc.