El Pabellón del Centenario fue construido junto a muchos otros edificios para el Centenario de la Revolución de Mayo. Es el único de todos ellos que todavía sobrevive.
Los trabajos para restaurar este pabellón en Palermo ubicado en la Comuna 14 son una iniciativa de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Este edificio es una joya de la arquitectura porteña y la intención es preservarlo.
La Comisión informó que previo a la conmemoración del primer centenario de la Revolución de Mayo, se construyeron un total de 34 casas y edificios que hoy han sido derruidos. Sin embargo, el Pabellón del Centenario permanece en pie dentro de un predio que esta concesionado a la S.A. dueña de Jumbo.
El proyecto de restauración es un trabajo plural del que participan también el Ministerio de Defensa, el Ejército Nacional y la empresa Cencosud, aclararon representantes de la Comisión.
El edificio -en el barrio de Palermo- se encuentra algo escondido en los terrenos que ocupa el supermercado Jumbo, pero que le pertenecen al Ejercito Nacional, parte del Ministerio de Defensa de la Nación. Se trata de una concesión. Por un contrato iniciado en 1994, entre el Estado y esta empresa, ella debía reciclar y mantener este edificio construido en 1910. El pabellón debía ser preservado por Cencosud en lo que respecta a la fachada y sus ornatos, mientras rigiera el contrato de cesión. El contrato de cesión fue renovado en 2009 y el año siguiente el edificio fue catalogado como Monumento Histórico Nacional. El nombre que dicho pabellón tenía era Gran Pabellón de Exposición Internacional Ferroviaria.
Como la empresa Cencosud hizo caso omiso de sus responsabilidades para el cuidado del Pabellón, el Ejercito inició un litigio en su contra que concluyó con un dictamen de la Corte Suprema que ordenó a Cencosud restaurarlo. Esto ocurrió en 2022. Por orden de la Corte, la demandada Cencosud debía restaurar el estado patrimonial del Gran Pabellón.
Para esta restauración intervendrán distintos especialistas. Uno de ellos es una arqueóloga urbana llamada Sandra Guillermo. Ella ya tiene un nombre en estas iniciativas, debido a sus trabajos para el Museo del Bicentenario y para la famosa Confitería del Molino. Es necesario recabar muestras de la obra para que ella pueda realizar una evaluación integral.
En la cúpula de la construcción se erguía un globo terráqueo y algunas esculturas que hoy están desaparecidos. El estilo de la casona es art nouveaux y su techo está realizado en hierro y vidrio. Esperemos que alguna vez esté abierto al público porque es una joya arquitectónica fantástica para visitar.