Fue la decimoséptima edición de la tradicional carrera que contó con un circuito que tuvo 1.600 metros de ida y vuelta hasta la Plaza de Mayo y otorgó un millón de pesos en premios.
Alrededor de 450 mozos y camareras participaron de la decimoséptima edición de la tradicional carrera organizada por la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA), que contó con premios por un valor de un millón de pesos y contó con la presencia de numeroso público a los largo de los 1.600 metros de un circuito armado sobre la Avenida de Mayo.
Así como cuando se realiza una maratón, un arco inflable de color negro dispuesto en avenida de Mayo 930 daba la indicación del inicio de la carrera. En primera fila se ubicaron las camareras, mientras que detrás de otro arco color blanco se formaron los mozos, en su mayoría vestidos con camisa blanca, pantalón negro y chaleco y moño bordo. Mientras que otros lucían delantales, en tanto que algunas camareras se animaron a vestir pollera tubo y la atracción fue un mozo que compitió con atuendo de gaucho.
Antes de comenzar la largada, los competidores aguardaban con las bandejas en las que llevaban una botella de gaseosa, una de agua y un vaso con líquido color rosado, antes de comenzar el circuito que abarcó 1.600 metros de ida y vuelta hasta la Plaza de Mayo, con reglas que permitían un paso intenso pero sin llegar a correr.
En la espera, antes del inicio de la carrera, tanto los mozos como las camareras bailaban y aplaudían al ritmo de la música. Por su parte, Alejandro Camero, que llevaba la pechera N° 257, relató que era su cuarta participación y que trabajaba en el restaurante de un Bingo desde hace 29 años.
Con respecto a la competencia, Camero detalló que “de la bandeja no se puede caer nada, si pasa quedas descalificado. Hay jurados en cada cuadra y ellos van viendo el número de pechera y van anotando”.
Por su parte, María José Bermeja, de 31 años, saludaba a la familia que la alentaba detrás del vallado, dijo que trabaja como camarera en un hotel desde hace 12 años y señaló que ya participó del evento en el año 2018 y 2019, además destacó: “En Avenida de Mayo el problema que tenés es el viento que te tira las cosas, por eso tenés que aflojar la marcha, caminando más despacio pero constante”.
La carrera de las camareras comenzó cuando el reloj digital dispuesto a un lado del escenario marcó las 16 y tres minutos más tarde la de los mozos.
En tanto, las categorías por las que participaban eran de mozos hasta 30 años, de 31 a 45 años, y de 46 en adelante, en tanto para las camareras no había categorías por edad. Los premios para los ganadores consistieron en un valor de 1 millón de pesos, con sorteo de electrodomésticos y cierre con show musical y degustación gastronómica.
En relación al tiempo, los organizadores mencionaron que el récord de las ediciones pasadas fue de 7.05 minutos, pero en esta carrera la primera participante en completar el circuito lo hizo en 12 minutos y 35 segundos.
El primero en llegar a la meta fue el mozo de pechera 194, que llegó al arco inflable al grito de “dale campeón” y se animó a participar por primera vez pese a presentar una discapacidad. La carrera finalizó con la bandera argentina flameando y los participantes alzaron las bandejas en el aire.
