El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó que la Canasta Básica Total (CBT) alcanzó los $690.902 en febrero, evidenciando un aumento del 15,8% respecto a enero. Este valor representa el gasto total que una familia debe cubrir para satisfacer sus necesidades básicas, situando a quienes tienen ingresos inferiores en la categoría de pobres. A su vez, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide exclusivamente los gastos alimenticios, llegó a $322.851. Estos datos revelan un incremento del 39,4% en la CBT, superando la inflación general, mientras que la CBA experimentó un aumento del 34,1%, 2,5 puntos por debajo del índice de precios al consumidor (IPC).
En el primer bimestre del año, la CBT registró un aumento del 39,4%, superando en 2,8 puntos la inflación general. Por su parte, la CBA tuvo un incremento del 34,1%, situándose 2,5 puntos por debajo del IPC general. La medición considera un hogar típico compuesto por cuatro miembros: un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años.
Asimismo, el informe del Indec proporciona datos específicos para diferentes grupos familiares. Un hogar de tres integrantes, con una mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61, deberá destinar mensualmente $257.027 a la CBA y $550.038 a la CBT. En el caso de una familia de cinco miembros (un varón y una mujer de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 años), se necesitarán $339.568 para la CBA y $726.676 para la CBT. Incluso para una persona adulta sola, la CBA asciende a $104.483 y la CBT a $223.593.
En este contexto, surge una preocupación sobre la relación entre las canastas y los ingresos de la población. Aunque se espera la publicación de datos salariales bimestrales, el Gobierno Nacional informó que la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) alcanzó $555.269,16 en enero, reflejando un aumento del 4,6% en comparación con diciembre. Este dato sugiere que los trabajadores tienen ingresos promedio inferiores a una CBT, que en enero fue de $596.823. Además, los salarios experimentaron un ajuste moderado, distanciándose considerablemente del ritmo de incremento de las canastas (la CBA subió 20,4% y la CBT un 18,6%).
En resumen, el aumento de la Canasta Básica Total pone de manifiesto la presión económica sobre los hogares argentinos, ya que ahora necesitan $690.902 para evitar la categoría de pobreza. La disparidad entre los incrementos salariales y los costos de las canastas básicas plantea un desafío significativo, evidenciando que los precios de productos y servicios esenciales están ejerciendo una fuerte presión sobre los ingresos de la población. La evolución bimestral de estos indicadores será crucial para comprender la verdadera magnitud del impacto en los índices de pobreza e indigencia en los próximos meses.