Por la vuelta
El mítico bar de La Boca reabrió sus puertas, un acontecimiento celebrado por los vecinos, habitues, educadores, artistas, escritores, periodistas, etc.
El querido local, punto de encuentro del emblemático barrio, fue fundado en 1905. En sus comienzos, se caracterizó por ser un almacén con despacho de bebidas, posteriormente se convirtió en bodegón e integrante de los “Bares Notables Porteños”.
Desde los años 70 es atendido por la familia Schiavone y su presencia, no pasa inadvertida en la tradicional esquina de Suarez y Caboto, frente a la Plaza Solís, donde nació el Club Atlético Boca Juniors.
Superando dificultades y gracias al esfuerzo del grupo fundador junto al apoyo de diversas personalidades, “La Buena Medida” regresó para la alegría de sus seguidores que saben lo que es disfrutar de su atención y platos espectaculares.
Se comenta que en el pasado, cuando la realidad de nuestro país era otra, la gente llegaba a las cinco de la mañana para tomar una copa de ginebra antes y después del trabajo.
En sus instalaciones, Ramón “Palito” Ortega, Juan Carlos Altavista y Javier Portales filmaron algunas escenas de la recordada película “Los muchachos de mi barrio”. También Julio Chavez y el ilusionista René Lavand se destacaron en varias grabaciones para “El Oso Rojo” con la dirección de Israel Adrián Caetano.
Por mucho tiempo, en uno de los espejos del bar se podía leer la siguiente frase: “Para tomar bebida, tomar la buena, para tomar la buena, la “Buena Medida”.
Entre algunas de las características que hacen al estilo, a su imagen, la puerta de doble hoja en la ochava, las ventanas guillotina, espejos bicelados, revestimiento de madera, pisos de mosaico, etc…recrean un escenario magnífico para conocer.
Del popular menú, los clientes distinguen la cazuela de calamares, churrasco con fritas, albóndigas con puré, y los sandwichs de mortadela y crudo, etc…
Un lugar con magia propia e identidad, para visitar y recomendar.
