La Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad clausuró este viernes un casino clandestino que funcionaba en el barrio de Recoleta (en la calle Gallo al 1200), en un procedimiento realizado por la Policía Federal.
A mediados de julio, los organismos de control de la ciudad, también clausuraron otro un club del barrio de Almagro, decomisando en ambos casos, juegos de póker, listados de apuestas, entre otros.
¿Pero por qué son clausurados estos negocios clandestinos?
El negocio de los juegos de azar en Argentina genera casi 95.000 millones de pesos anuales de facturación, entre agencias de lotería, casinos, máquinas tragamonedas, hipódromos y bingos. Esto equivale a dos veces el presupuesto de salud nacional o al presupuesto de casi todo el Ministerio de Desarrollo Social, a modo ejemplo.
Por fuera del circuito legal, sigue operando el juego clandestino y que solo con las apuestas, un particular, puede recaudar hasta 2 millones de pesos en una mañana, dinero que queda totalmente fuera del alcance del Estado.
Los problemas sociales y legales tienen que ver con las operaciones de lavado de dinero, defraudaciones al fisco y a los apostadores, ocasionando riesgos que comprometen a una sociedad en general.
Hoy, la regulación del sector está a cargo de cada provincia, que establece las leyes que fiscalizan el juego. Los casinos deben informar a la UIF todos los datos de los apostadores y así todos los organismos de control del juego en el país.
Por otro lado, la Agencia Gubernamental de Control es el ente autónomo de la Ciudad de Buenos Aires que desde 2008 concentra el ejercicio del poder de policía en lo referente a las condiciones de habilitación, seguridad e higiene de establecimientos privados, las obras civiles de arquitectura y el control de salubridad de alimentos y tiene como objetivo lograr que la Ciudad de Buenos Aires esté en norma y sea más segura en las materias sujetas a su control. Con la visión de acompañar al administrado a estar en regla, priorizar la acción preventiva y promover el cumplimiento voluntario de la normativa vigente y la participación activa del ciudadano.
Con lo anterior, el Gobierno de la Ciudad, hace necesarios más controles para evitar esta expansión del juego a manos de privados y poder controlar, habilitar y garantizar a la comunidad espacios seguros en una práctica histórica de apuestas.
