En los últimos años, la donación de órganos y tejidos ha ido en aumento rápidamente. Las diversas campañas, charlas y talleres realizados a través de los años, ya sea por parte del Gobierno como también por instituciones privadas, fue creando una cultura que entiende la acción de convertirse en donante como un gesto de apreciación a la vida. Y favorablemente esto hizo que la Ciudad de Buenos Aires rompiera records en cantidad de donantes a nivel nacional.
Hoy en día se realizan más de 105 trasplantes anuales en los hospitales y clínicas porteñas. Según los resultados de la medición del Instituto de Trasplantes, la cifra es la más alta de los últimos 24 años y deja un número de 32,44 donantes por millón de habitantes, transformándose en el índice más alto del país.
Dentro de los trasplantes realizados el 50% fueron de riñón, 23% de hígado, 12% de corazón, 5% de pulmón, repartiendo el resto entre diferentes órganos y tejidos. Este resultado favorable hace que también se acorten los plazos para recibir un trasplante. Por ejemplo, los trasplantes de córnea redujeron su tiempo de espera en un 60%, respecto a mediciones pasadas.
Este incremento fue apoyado también por campañas de concientización y divulgación de la información, para lograr este cambio cultural que mejora las posibilidades de salud de todas las personas. Este año se desarrollaron más de 60 talleres, charlas y seminarios de capacitación, coordinados por el área de Salud y Educación en conjunto con el Instituto de Trasplante.
El procedimiento de un trasplante es complejo, ya que generalmente reemplaza órganos vitales o tejido enfermo, pero puede llegar a salvar una vida, por lo que es altamente necesario. Según las condiciones en que se mantengan los órganos, y la causa de muerte de aquellos donantes, en principio toda persona puede convertirse en donante. El problema está en que solo el 5% de las muertes se dan en una internación en unidades de cuidado intensivo. El 95% se da en los domicilio o en la calle, provocando esto que los órganos muchas veces estén demasiado tiempo sin ser oxigenados ni tienen el adecuado aporte sanguíneo. Lamentablemente, estos órganos no sirven para ser trasplantados.
