Luego de permanecer cerrados por 10 meses, los cines reabrirían en febrero, con un protocolo aprobado por el Ministerio de Cultura.
La vuelta a la presencialidad de la pantalla grande, recibió una buena noticia, ya que se aprobó un protocolo para la actividad, debido a que el Ministerio de Cultura acordó con cámaras empresariales y entidades relacionadas con el sector.
No obstante, será obligatorio que cada distrito presente sus pedidos a Jefatura de Gabinete de la Nación. Luego se evaluará de acuerdo a la fase en que se encentren, en relación a la cantidad de casos que se registren diariamente.
Asimismo, el texto aclara que la capacidad de las salas no deberá superar en ningún caso el 50 por ciento de los espectadores. Otro tema importante, es que se permitirá la presencia de grupos de hasta seis personas, en lo que se llama “burbuja de recreación”, las cuales deberán mantener una distancia de entre 1,5 y dos metros con el resto de los espectadores, para lo que se dejará una butaca libre de cada lado.
“Estamos felices y contentos y saltando en una pata”, dijo Martín Álvarez Morales, Ceo de Cinemark-Hoyts y presidente de la Cámara Argentina de Exhibidores Multipantallas (CAEM), una de las firmantes del protocolo, en diálogo con la agencia Télam.
Y agregó: “Estábamos diez metros abajo del agua y ahora estamos a tres”, ejemplificó el empresario y representante de una Cámara que según informa su propia web “representa el 34% de las pantallas del país, el 50% de venta de entradas y el 47% de la facturación”.
En tanto, ya se cuenta con la experiencia de Cinemark-Hoyts de Córdoba, que la ya reabrió dos complejos. En este sentido Álvarez Morales remarcó que debido a la reducción del aforo “seguramente no nos vaya bien en cuanto a costos pero la rueda tiene que volver a girar”.
En cuanto a la reapertura de salas ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires, el ejecutivo contó que “estamos trabajando, pero todavía no tenemos fecha”. Todo hace indicar que la reapertura de los cines se concretaría en febrero.
“Con lo que pasó en el mundo, quedó demostrado que el riesgo de contagio en las salas es de moderado a bajo. La gente cuando ingresa tiene butacas vacías alrededor. Todos miran hacia el mismo lado. No está permitido hablar, el que lo hace lo hace con el que tiene al lado. Las microgotas no se expanden, como puede pasar en un boliche o en un bar”, recordó Martín Álvarez Morales.
