La Defensoría Zonal 1 Norte, en colaboración con la Red de Infancia y diversas organizaciones, llevó a cabo una jornada especial en el Barrio Mujica para reafirmar el Derecho a Jugar, vital para el desarrollo de la niñez.
El Barrio Padre Mujica se convirtió en un espacio de alegría y recreación gracias a una actividad organizada por el Consejo, la Defensoría Zonal 1 Norte y la Red de Infancia. La jornada estuvo dedicada a resaltar la importancia del juego en el crecimiento y desarrollo integral de los niños y adolescentes, promoviendo un ambiente de respeto y participación activa.
Durante la jornada, se llevaron a cabo diversas actividades lúdicas y recreativas, diseñadas para involucrar a los niños en experiencias que fomentan su creatividad y socialización. Las propuestas incluyeron juegos, talleres creativos y dinámicas grupales que permitieron a los pequeños disfrutar de un día lleno de alegría y risas. El evento buscó no solo ofrecer diversión, sino también generar un espacio seguro donde los niños pudieran expresarse libremente y desarrollar habilidades sociales.
Este encuentro no solo celebró el derecho al juego, sino que también funcionó como un llamado a la acción para construir un futuro en el que prevalezca la paz y el respeto por los derechos de los más pequeños. La Defensoría Zonal 1 Norte destacó la necesidad de trabajar en conjunto para garantizar que los derechos de niñas, niños y adolescentes se respeten y se materialicen en la vida cotidiana, no solo en eventos especiales.
La jornada en el Barrio Mujica reafirmó el compromiso de las organizaciones involucradas en la defensa y promoción de los derechos de la infancia. Al fomentar el juego como un derecho fundamental, se busca contribuir al bienestar emocional y social de los niños, creando un entorno en el que puedan crecer y desarrollarse sin miedo ni violencia.
Este tipo de iniciativas son fundamentales para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia del juego en la infancia y para generar un espacio de reflexión sobre el respeto a los derechos de los niños. Así, el evento se convirtió en un símbolo de esperanza y un paso hacia un futuro donde todos los niños y niñas del barrio puedan disfrutar de su derecho a jugar, vivir y crecer en un ambiente seguro y acogedor.
